TIJUANA.– La decisión de postergar por tres meses la entrada en vigor de aranceles a productos mexicanos representa un alivio temporal para el sector exportador, aunque no debe interpretarse como una solución definitiva, señaló el economista Jorge Fonseca.
De acuerdo con el especialista, si bien el aplazamiento otorga margen de maniobra a los actores económicos, el riesgo de que se apliquen tarifas unilaterales continúa latente y genera incertidumbre sobre la estabilidad del comercio bilateral.
Fonseca recordó que las medidas arancelarias se han utilizado recientemente como herramientas de presión, lo cual mantiene a la economía mexicana en una posición vulnerable. A su juicio, una solución de fondo requeriría eliminar completamente este tipo de amenazas para brindar certidumbre a largo plazo.
El economista advirtió que, de implementarse los aranceles, podrían generarse cambios estructurales significativos, como la reubicación de operaciones industriales hacia otras regiones. Este tipo de ajustes, impulsados en parte por la automatización y nuevas tecnologías, podrían afectar el empleo tanto en México como en Estados Unidos.
“La relación entre ambos países no debe centrarse únicamente en el comercio. También existen lazos sociales, turísticos y de cooperación regional que deben considerarse al evaluar decisiones de esta naturaleza”, comentó Fonseca.
Asimismo, indicó que la imposición de tarifas podría tener efectos contraproducentes en la competitividad regional, afectando oportunidades de crecimiento económico para México y generando desafíos para las cadenas de suministro en Estados Unidos.
Finalmente, el economista propuso repensar el enfoque de la relación bilateral, buscando mecanismos de colaboración más amplios y estables. Subrayó que una relación sustentada en la cooperación y no en medidas de presión permitiría fortalecer la integración económica y social entre ambos países.
Fuente: Uniradio Informa
