El sector industrial mexicano —representado por CONCAMIN— planteó un mecanismo de “semáforo arancelario” como complemento al paquete de aranceles que el gobierno federal analiza aplicar a importaciones provenientes de países con los que México no tiene tratado comercial. La propuesta busca atender la diversidad de capacidades productivas en distintos sectores y evitar impactos negativos en industrias con poca producción nacional.
La iniciativa original contempla aranceles de entre 10 % y 50 % sobre 1,463 fracciones arancelarias distribuidas en 17 sectores, entre ellos autopartes, textiles, calzado, plástico, muebles, siderurgia y electrodomésticos. Ante ello, CONCAMIN propuso clasificar esas fracciones en tres niveles: “verde” para sectores con base productiva sólida; “amarillo” para aquellos con producción limitada pero con potencial; y “rojo” para rubros con escasa o nula producción nacional, donde un aumento arancelario elevaría costos sin fomentar empleo ni industria local.
De esta forma, se pretende que la implementación del paquete arancelario considere las diferencias estructurales entre sectores. Además, la propuesta busca acompañar la medida con un fortalecimiento aduanal, pues el contrabando o la subvaluación de mercancías podrían reducir considerablemente la eficacia de los gravámenes.
Por su parte, la Secretaría de Economía afirmó que, de aprobarse los nuevos aranceles, se aplicarán criterios técnicos para evitar afectaciones en sectores dependientes de insumos importados. Aseguró también que los insumos tomados en cuenta para gravar no tienen una dependencia de más del 50 % respecto a un solo proveedor extranjero, y que existe diversidad de fuentes alternas de compra.
El asunto continúa en revisión en el Congreso, donde se evalúa cómo instrumentar la propuesta. En este contexto, el semáforo arancelario busca ofrecer una alternativa equilibrada que armonice la protección a la industria nacional con la necesidad de mantener competitividad e insumos accesibles.
Fuente: Expansión



